Mientras se acerca mi cumpleaños, me encuentro reflexionando sobre los últimos 100 días, un período lleno de aprendizajes y cambios. Aún no he hecho una retrospectiva completa, pero me siento bien con la forma en que he atravesado estos días, siendo consciente del objetivo que me propuse al principio: mejorar algunas cosas que creía que se podían encarar de otra manera o buscarles alguna vuelta.
Esta canción de Jorge Drexler ha estado resonando en mi mente últimamente. Sus estrofas, en particular, capturan una idea que me ha fascinado y que refleja cómo veo el cambio y la continuidad en mi vida.
Tu beso se hizo calor
Luego el calor movimiento
Luego gota de sudor
Que se hizo vapor, luego viento
Que en un rincón de La Rioja
Movió el aspa de un molino
Mientras se pisaba el vino
Que bebió tu boca roja
Tu boca roja en la mía
La copa que gira en mi mano
Y mientras el vino caía
Supe que de algún lejano rincón
De otra galaxia
El amor que me darías
Transformado volvería
Un día a darte las gracias
Cada uno da lo que recibe
Y luego recibe lo que da
Nada es más simple
No hay otra norma
Nada se pierde
Todo se transforma
Todo se transforma
El vino que pagué yo
Con aquel euro italiano
Que había estado en un vagón
Antes de estar en mi mano
Y antes de eso en Torino
Y antes de Torino en Prato
Donde hicieron mi zapato
Sobre el que caería el vino
Zapato que en unas horas
Buscaré bajo tu cama
Con las luces de la aurora
Junto a tus sandalias planas
Que compraste aquella vez
En Salvador de Bahía
Donde a otro diste el amor
Que hoy yo te devolvería
El estribillo, es popular (y algo trillado para mi gusto), sintetiza de manera simple y pegadiza en cómo la vida misma es una serie de transformaciones constantes. Una especie de ida y vuelta. Seguro lo han escuchado en diversas situaciones (especialmente en noticieros, como música de fondo en reportajes para motivar donaciones ante una catástrofe o similar), pero a mí me gustan las estrofas.
Me gustan porque cuentan cómo las cosas se van transformando y, al final, de alguna manera, vuelven al lugar de donde salieron. Hay algo en la idea de la transformación y la continuidad de los elementos a través del tiempo y el espacio que me parece mágico y me enamora, por decirlo de alguna manera. No sé muy bien cómo explicarlo, pero cuando te das cuenta de que esas situaciones ocurren en el día a día todo el tiempo, es como que ¡pum! Te explota la cabeza.
No sé, a veces pienso que es en los detalles más simples donde encontramos las conexiones más profundas con nuestras propias vidas.
Tómense el tiempo de leer (y de escuchar) con atención las estrofas, porque es muy difícil plasmar semejante idea en una canción y que, encima, suene tan bien.
P.D.: Aunque no está directamente relacionado, comparto este video de Drexler porque me encanta cómo suena el español en su forma de narrar y contar cosas. Es como si brotara una musicalidad en las palabras a través de su combinación.
Pertenece a esta canción.